Estuve en la sesión del Consejo de Unidad. Tambien conoci los argumentos de distintos componentes de la comunidad estudiantil y académica. Es positivo que el bloqueo - hecha la aclaración de que no fue toma como en un primer momento se difundió- se haya levantado y comience esa lenta reconstrucción de consensos que, evidentemente, se daban por supuestos sin tener un verdadero sustento en la comunidad.
Lo rescatable también es la condena al uso de la violencia y la represión. Si todo marcha conforme a lo dialogado y acordado puede ser el inicio de una mayor cohesión y dinamismo en la facultad. Esperemos que así sea.
Queda patente la exigencia de justicia para los compañeros alumnos que sufrieron la represión. Una vez conocidos los detalles sorprende la falta de sensibilidad y tacto de quien tomó la determinación de obviar el diálogo y apelar a la fuerza llana y simple. Igualmente es el momento de iniciar una reflexión profunda sobre la universidad, su interacción con la sociedad y los diversos actores políticos. El saldo favorable de todo este proceso es percatarse de la madurez de la comunidad de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Mañana, a clases.